ALBERTO RODRIGUEZ :: FOLKLORE DE CUYO
   
     
 
   
 
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Dos tonadas
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Juan Gualberto Godoy
Tonada en romance
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y Yo vendo
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Tonada de las
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en la tonada cuyana
 
Fotografías
 
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JUAN GUALBERTO GODOY.
Precursor de la poesía gauchesca, un poeta anónimo de la Tonada Cuyana


Juan Gualberto Godoy fue uno de esos primeros hombres populares de Mendoza, cuyo  talento como escritor, periodista, poeta y payador dejó su impronta en la literatura gauchesca argentina y trascendió la frontera nacional.

Sabido es para muchos que fue el primer periodista mendocino. Con su poema El Corro, se consagró como precursor de la literatura gauchesca.

Nació en Mendoza el 12 de julio de 1793. Hijo de Don Jacinto Godoy, destacada figura de los círculos sociales y políticos de la época y de Trinidad Villanueva , descendiente de una familia patricia. Aprendió a leer, siguiendo el método sintético empleado entonces, y después le enseñó a leer un español comerciante de tabacos.
A los doce años desempeñó un puesto en la Tesorería de la Real Hacienda, puesto que conservó hasta 1809, para atender la hacienda de su padre, quién debió ausentarse de la provincia.

Aunque su vocación no era la agricultura, coinciden sus biógrafos en atribuirle la innovación de prácticas para mejorar la industria vitivinícola y la calidad de vino, con procedimientos nuevos.

Al respecto, dice Don Ricardo Rojas: “Hubiera podido lograr la riqueza, ya que fue, pero no persistió con su vocación industrial porque se lanzó al entrevero de las guerras civiles y a la tentación de las letras”.

Es posible que sus primeras obras poéticas fueran a parar fueran a parar a manos de los cantores populares, de los jóvenes de su época que por entonces gestaban en la canción cuyana, la letra de la Tonada.
En el folklore musical cuyano, sobre todo en la Tonada, hay letras que, pese a su anonimia, tiene un sello que las identifica como obras de poetas cultos como Leopoldo Zuloaga, José Manuel Olascoaga, Nicolás Villanueva y Juan Gualberto Godoy; en San Juan, Adán Quiroga y otros.

Juan Gualberto Godoy amaba el pueblo. Le gustaba entreverarse con él y cantar con él y para él.
Es famoso el episodio de las pampas bonaerenses, convivió con el gauchaje y en Dolores, dónde puso la pulpería. Se fue al Tuyú. La tradición oral atribuye ser él el Juan sin Ropa que venció a Santos Vega en la payada legendaria.

Juan Gualberto Godoy
Foto de Juan Gualberto Godoy. “Dr. Ciro Renée Lafón”
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Juan Gualberto Godoy y la poesía gauchesca

El primer estudio de Juan Gualberto Godoy se debe a Domingo Fidel Sarmiento, Dominguito, hijo de Domingo Faustino Sarmiento y la primera evaluación académica a Ricardo Rojas.

Dice Dominguito en su ensayo de 1889: “Pudo perfectamente figurar entre los poetas de la gloriosa época formada por Echeverría, Ascasubi, Hidalgo, Lafinur y otros.

Apenas llegó San Martín a Mendoza el 10 de agosto de 1814, para ejercer como Gobernador Intendente de las Provincias de Cuyo, Godoy formó parte de su escolta. Tenía 21 años.  En 1817 visita Buenos Aires; vuelto a su provincia natal en 1819, se enrola en el regimiento de Cazadores N° 5 con el deseo de participar en la Campaña Libertadora. Su deseo no pudo verse cumplido debido al estallido anárquico que produjo la disolución de las Provincias de Cuyo y la caída del Gobernador Luzuriaga, que lo obligó a quedarse en Mendoza para asegurar el orden.

Francisco Solano del Corro, un obscuro y ambicioso oficial de San Martín, intenta una invasión a Mendoza que fracasa. Este hecho despierta la ironía de su lira. Publica entonces sus primeros versos en el periódico local El termómetro del día, en 1822.

La producción literaria de Juan Gualberto Godoy está diseminada; perdida una parte, conservada en la memoria de sus contemporáneos y transmitida por tradición oral alguna.

Como periodista escribió todo y según su Dominguito Sarmiento el prólogo a un libro de versos de autoría de Godoy, resalta la frontalidad frente a las injusticias, a la corrupción: “Su carácter elevado y severo, lo impulsó a criticar todo abuso y a corregir todo yerro y la forma favorita del pensamiento escrito era el verso fluido y fácil.
Nació poeta y sus inspiraciones llevan el genio del carácter filosófico de la poesía, la verdad, el pensamiento.
Es posible que sus primeras obras poéticas fueran a parar a manos de cantores populares de su época, que por entonces gestaban en la guitarra la canción cuyana, la Tonada.

De postura unitaria, tuvo que emigrar a Chile, y después a Perú, donde adquirió gran prestigio.
“Me sentía poeta cada vez que palpaba arbitrariedades y desmanes en mi país” .

Juan Gualberto Godoy sabía del coraje que hace falta al periodista, para serlo de verdad; para decir lo que siente que debe decir y decirlo con altura.

Dice Antonio Zinny en la Efemeridografía, página 240 y Revista de Buenos Aires, tomo XXIII, página 527:

“Godoy era un periodista de tanta valentía que en los tiempos del Gobernador Nazar, en que reinaba el terror, escribió una valiente composición titulada ‘El Sereno’, de la cual vale la pena transcribir esta estrofa:
La concordia, caballeros,/ es hija de la justicia/que refrena la malicia/y al vicio pone linderos./ Sólo en ella/ se puede  afianzar aquella; más de los reprobados/ descubiertos o  tapados/sólo al trastorno abren huella.

Estos datos son del libro El periodismo argentino, del escritor Galván Moreno.


Juan Gualberto Godoy, la tonada cuyana y el templete del Diablo
por Lázaro Flury

El metro literario de la Tonada es el octosilábico por nacimiento, como lo es toda la poesía tradicional.

El cogollo, que es igualmente octosilábico, es de herencia medieval y se remonta a la época pre-hispánica

La forma estrófica más común es la cuarteta con rima del serventesio, que es la rima del Cancionero Tradicional Argentino. Esto significa que Tonadas de autores actuales, se ajusten a paradigmas tradicionales, ingresando libremente en el campo de la proyección. La función de la Tonada ha sido y es lírica sentimental, afectiva de acendrado respeto incluso en las especies festivas e irónicas. La ironía nunca trasciende el límite del respeto, que es de carácter de nuestra literatura demótica.

El manejo de la guitarra en el acompañamiento y ejecución, podríamos decir que es único. No sólo la permutación de las cuerdas sonoras, sino también por el empleo del pulgar, donde el uso de la púa de hueso es auténticamente tradicional y no se la puede ignorar.

Pero en estos apuntes debemos confesar que solamente en los cantores de Cuyo hemos podido escuchar la afinación conocida con el nombre de “afinación del Diablo”. Casi todos nuestros cantores la desconocen. Únicamente tuve oportunidad de escuchar una vez la afinación del Diablo, en una reunión con viejos cantores bonaerenses, descendientes directos del gaucho.

La afinación mencionada que ejecutan los cuyanos es:

Sexta en La/ Quinta en Do/ Tercera en La/ Segunda en Do

La afinación que escuché en la Provincia de Buenos Aires era:

Sexta en Sol/ Quinta en Do/Primera en Re
Todas al aire dan el acorde de Sol mayor.

¿Cuál es la afinación del diablo? No tengo la menor duda: La cuyana. La razón es simple. El cantor que derrotó a Santos Vega en la payada era un cuyano: Juan Gualberto Godoy. En Cuyo era conocido ese tono, que era poco menos que desconocido en el resto del país. La leyenda refiere que el desconocido tenía una forma especial de afinación que no era humana. Y se creó la leyenda que era el mismo diablo, cuando era un cuyano que estaba acostumbrado a afinar de ese modo. La conclusión pues, es lógica: la afinación del diablo verdadera es cuyana, como fue un cuyano quien derrotó a Santos Vega. Podemos deducir que Santos Vega se confundió y se obnubiló al escuchar a su rival un temple desconocido. Y tanto él como sus paisanos le atribuyeron a un ser sobrenatural: el Demonio.

Lo cierto es que este templete era conocido por los payadores cuyanos y es patrimonio de esa región. Si esa modalidad aún es común, no lo sé. Pero sí que de ahí salió. Algunos payadores pampeanos crearon otra afinación distinta con el mismo nombre, pero que nada tiene que ver con la original de Juan Gualberto Godoy. El único y verdadero temple del diablo, es patrimonio del pueblo cuyano, como lo prueba la historia.

Lázaro Flury, (1919-2000) investigador, folklorista, nacido en la Provincia de Santa Fe. Este trabajo fue enviado para el XV Encuentro Nacional de Estudiosos del Folklore en Mendoza, organizado por el Instituto de Investigación y Divulgación del Folklore Cuyano.
Según Alberto Rodríguez, muchas composiciones populares, anónimas y vigentes en ese momento, la memoria popular las atribuía a “un tal Godoy”.


“Al Instituto de Investigación y Divulgación del Folklore Cuyano iban de manera permanente docentes en busca de asesoramiento por distintos temas. Algunos apenas conocían la obra de este vate mendocino. Otros, nada, y mucho menos acerca de su relación con la Tonada cuyana. Era hasta casi una obligación que su figura fuera conocida por los docentes y los niños, no solamente por académicos.

A partir de allí y durante 17 años seguidos, organizaba el Instituto de Investigación y Divulgación del Folklore Cuyano en Mendoza  los homenajes a este vate mendocino. Los Encuentros Nacionales de Estudiosos del Folklore, a los que acudieron folkloristas e investigadores de casi todo el país, estaban dirigidos a alumnos, docentes de todos los niveles, docentes de frontera, con el objetivo en aquel entonces de  dar un aporte a las diferentes áreas de los diseños curriculares de aquel entonces, a través de diferentes ponencias de todas las regiones nacionales. La figura de Juan Gualberto Godoy estaba siempre presente y no podía faltarle una tonada dedicada a él. Componga unos versos, Mirón…”


Don Vicente Mirón (1912- 1991), parte de la historia de Guaymallén

Vicente Mirón fue otro de los personajes entrañables y protagonistas en la historia de la cultura popular del antiguo Guaymallen. Entraba “de pasadita” por la casa de la Calle O’Brien. Sencillo, humilde, suave, hablaba con pasión al recordar cantidades de historias que conformaron la cultura popular de Mendoza. En algunos lugares disertó como integrante del Instituto. Mucha gente joven, investigadores y músicos cuyanos de nuevas  generaciones  lo visitaban en su casa en la Media Luna para consultarlo y aprender a través de sus relatos, que transmitía con maestría.

Según el maestro Damián Sánchez, músico y director coral mendocino, Vicente Mirón “ fue un gran autodidacta. Historiador, artista plástico, ebanista, pero sobre todo, un gran memorioso de la cultura popular. Verdadero protagonista de la historia de la Calle Larga -hoy calle Pedro Molina, de Guaymallen. Político comunista, activista, relató gran parte de la historia de los Huarpes a través de las poesías. Su niñez fue muy vívida por las antiguas costumbres populares”.

Dice Dora Giannoni, autora del libro Armando Tejada Gómez: profeta del viento: “Vicente Mirón fue un gran maestro, autodidacta, un gran conocedor de la cultura popular cuyana, al cual Armando admiraba y escuchaba mucho. Armando se inspira en él al escribir el personaje de Don Juan Almirón en su novela, ‘Dios era Olvido’, novela narrativa en el que evoca varios personajes de la Media Luna. Esta novela fue editada por la editorial Espasa Calpe y premiada en Bilbao”.

Su hijo Raúl Mirón, al igual que su padre también recuerda el paso de las carretas, por la Calle Larga de Guaymallen. “En la Calle Larga comenzaba el zanjón de Guaymallen. Se la llamaba así justamente por ser una de las más largas y antiguas. Unía el este mendocino con la Capital. Finalizaba en las cercanías de la zona del Bermejo. En las esquinas de las calles Alberdi y Pedro Molina existían esos viejos bares, donde era punto obligado de encuentro, de reunión, de cantores, guitarristas, payadores. También por la Calle larga estaba el viejo Cine Recreo -Hoy Cine Armado Tejada Gómez-. Cerca quedaba el Club Pedro Molina, y en las cercanías había un cine al aire libre. En ninguno de estos lugare faltaba la música. Con Tejada Gómez, los unía el barrio de la Media Luna, la literatura, la historia, la política. Fue una de las primeras calles que se asfaltó en este Departamento, y fue paso obligado de todo tipo de carretas y de distintos personajes:  arrieros, carreteros, campesinos, antiguos hombres lugareños y de todos los estratos sociales. Esto daba lugar a todo tipo de juntadas de cantores y guitarristas donde no faltaban- entre otras canciones-las cuecas ni las tonadas. Fue la primera que asfaltaron y que se urbanizó. Pero la historia popular de esa calle, para muchos no se borró”.

Vicente Mirón dejó a través de las letras un legado muy importante, ya que compuso  poemas referidos a la historia, usos, costumbres, tradiciones del  lugar y también de los aborígenes de la provincia de Mendoza, que quizá se hubieran perdido a través de las generaciones. Muchas letras fueron musicalizadas por importantes músicos mendocinos. Una de ellas fue declarada  oficialmente como Himno a Guaymallen.

Manuscrito de Don Vicente Mirón

Manuscrito de Don Vicente Mirón
Manuscrito de don Vicente Mirón
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Don Vicente Mirón
Don Vicente Mirón
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DON RICARDO TUDELA Y UNA EVOCACIÓN A JUAN GUALBERTO GODOY

Ricardo Tudela fue uno de los grandes escritores prolíficos de Mendoza del siglo XX. Conoció la figura y la obra de Juan Gualberto Godoy desde el profundo Cuyum. Si alguien lo escuchaba  hablar acerca de este vate mendocino su recuerdo era el de un hombre cercano en el tiempo.
Nació en Mendoza en 1898. Fue periodista, escritor, poeta, ensayista, crítico. Empieza su actividad literaria en la década de 1920,  formando parte de los primeros eslabones en la historia de las letras  nacionales. También fue militante del partido radical con el entonces gobernador de Mendoza Carlos Washington Lencinas; éste, más tarde senador y asesinado en 1929. Tudela -según fuentes “se encontraba al lado de él, corrió esquivando los disparos” (Diario Los Andes)- se exilió en Chile hasta 1930.
Activista social, miembro del primer movimiento literario de vanguardia de Mendoza llamado “Megáfono” por el cual mantuvo “estrecha relación con Pablo Neruda”;  fundador de la primera Dirección de Cultura y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Escritores,  escribió  una vasta obra de novelas y poesías; docente, investigador con actividades permanentes en círculos literarios locales, su obra ha sido motivo de estudio de distintos especialistas literarios locales y nacionales.


Semblanza de una vivencia

De origen humilde, fue un autodidacta con sed insaciable de aprender. Y eso lo llevó a recurrir a la vivencia de viejas tradiciones populares todavía no escritas ni academizadas. Amaba su tierra, su historia  y todas las expresiones que tuvieran el color local.
Así conoció la figura de Juan Gualberto Godoy. Si alguien por esos años le hubiera pedido que escribiera sobre este vate mendocino lo habría hecho – sí claro- también con su historia formal y dentro de ésta como hombre nómada con pertenencia en las pulperías, fogones, payadas, cantores, guitarras, versos satíricos, románticos, pero también hubiera tenido presente  aspectos  tradicionales  de Mendoza, los que  hacían a la vida de Juan Gualberto Godoy. También opinaba que el mensaje de su vida -exiliado político por denunciar la corrupción de ciertos poderes- no había perdido vigencia.
Las paredes de su casa llenas de estantes de los cuales se caían los libros; su memoria brillante a pesar de los años, su salud frágil, una voz más bien débil hacían que su habla fuera pausada, serena, tranquila. Una pregunta  se transformaba en una conversación que podía durar horas. Relataba y entretejía historias con filosofías, y con arte.



Otra historia para el recuerdo

Con Alberto Rodríguez se conocían desde la década de 1930. Solían visitarse esporádicamente. En esas conversaciones circulaban cientos de conocimientos, historias populares y recuerdos de largas vidas que involucraban nostalgias, testimonios, algunas vivencias con un dejo de comicidad. Espontáneamente escribió un romance dedicado a Juan Gualberto Godoy, que se lo obsequió a Alberto Rodríguez un 18 de julio.
                                               
Según la investigadora Graciela Maturo,  fue un escritor que si bien fue un innovador en  algunas corrientes literarias, “no fue escéptico a lo nativo…”
Como los grandes universales  que conocieron de alguna manera en forma vivencial la vieja cultura lugareña con todo lo que implica, en su caso la honraba con la transmisión de sus saberes a aquellos que quisieran.  Don Ricardo Tudela es otro de los hombres cuya memoria está inserta para siempre en su tierra.  
Falleció en esta provincia en 1984.
Fuentes: Matilde Sánchez, “Revista Cultura Ñ” 6 de Julio de 2008,
Doctora en Letras Graciela Maturo.

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Romance manuscrito
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A Rodriguez brindis2

Alberto Rodríguez, Don Ricardo Tudela, su esposa y Don Bernardo Razquin y un brindis por la Tonada.
Bernardo Razquin, es otra persona destacada de Mendoza. Fue arqueólogo aficionado y sirvió sus recopilaciones de elementos para esta área de Mendoza, el primer meteorólogo de la provincia y muy famoso en todo el país donde lo consultaban periódicamente por los pronósticos del tiempo. Uno de los primeros andinistas y conocedor de las vivencias de cordillera de los Andes. Escaló muchas veces el cerro Aconcagua  donde hizo cumbre en 1951.




Más recopilaciones para la historia


La casa de Molina Pico -actual Dirección de Cultura de Guaymallén, Mendoza- data desde 1780. Su primer dueño fue Don Pedro Molina -exgobernador de Mendoza- y tras morir éste fue morada por sus descendientes hasta 1993 en que la compró el municipio.
Ese lugar también fue visitado por Alberto Rodríguez, buscando más rastros sobre Godoy. Estuvo con la señora llamada Stella Molina Estrella de Páez Herrero quien le dijo:
“Juan Gualberto Godoy nació en el departamento de Guaymallén donde pasó sus últimos años en la casa del gobernador Molina, en el distrito de Pedro Molina. La señora Estela Molina Estrella de Páez Herrero, descendiente de Don Pedro Molina, nos ha dicho que desde niña oyó decir que el poeta se alojó en la casa que aún existe y pasaba largas horas escribiendo versos; que cuando terminaba una composición poética, doblaba la hoja, la ataba con un hilo y la echaba en una bolsa….la bolas iba creciendo día a día y que fue a parar a manos de un visitante que se enamoró de su contenido…”. Ella no está segura de la suerte que corrieron todos los versos pero sabe que en la biblioteca del exgobernador Molina, había un libro voluminoso de poesías de Juan Gualberto Godoy, que los descendientes del gobernador  obsequiaron a un historiador, que seguramente lo conservará la familia.

Escrito a maquina
En este escrito no figura el año en que fue visitada la señora de Páez Herrero. Por motivos varios se omite el nombre del historiador.



La ofrenda del ilustre poeta Julio Quintanilla

Julio Quintanilla (1882-1950) fue otro periodista autodidacta y un poeta sobresaliente de Mendoza. Su obra muy famosa en poesías dedicadas al aborigen Huarpe, a las Vírgenes populares del pueblo de Mendoza, a la gesta sanmartiniana  aún  ha sido analizada ni publicada.
Quintanilla acompañó a Alberto Rodríguez desde 1935 en viajes de recopilaciones, como glosista de programas de radios en San Juan, Mendoza y Buenos Aires. En 1937 presentaron  en varios lugares de la Capital Federal, más repertorio del Cancionero Cuyano. Sus presentaciones  y  explicaciones de las viejas Tonadas y Danzas Cuyanas,  merecieron elogiosos comentarios de la prensa capitalina. En algunos casos fueron presentados por el musicólogo Carlos Vega. En éstas tampoco faltó la evocación de Juan Gualberto Godoy ligada al Cancionero Cuyano.
Quintanilla escribe:
“¿Fue un precursor? No. Ya que el verso gauchesco viene desde el fondo mismo del alma nacional. Pero si reclamamos para Mendoza la gloria de haber sido ella la cuna del primero que le dio forma y vida; ahí están sus documentos. Décimas y octavas lo testimonian…
“Nos basta halagar nuestra vanidad de mendocinos saber que fue en esta tierra donde nació uno de los primeros y de los más grandes de los cantores gauchos.”

Manuscrito

La hoja data del año 1937. Las correcciones son de puño y letra del mismo poeta.
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Fotos revista
En Buenos Aires (1937)



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